Debido a las goteras, humedades y falta de aislamiento, en la cubierta inclinada del Colegio San Francisco de Borja de Gandía, era necesario acometer una renovación de la misma, pero al mismo tiempo, por prescripción del proyecto, había que mantener las cerchas de madera originales.
Esto ha supuesto la necesidad de planificar una solución que se amoldará a la estructura existente, pero que al mismo tiempo cumpliera con todos los requerimientos técnicos de la legislación actual.